Reseña del libro:Sinopsis:
Charlotte Wilcox, hija de un baronet sin fortuna, ha vivido con su padre en una pequeña aldea desde que su madre murió siendo una niña y, aunque se siente feliz en su hogar y no le preocupa el hecho de permanecer soltera a sus veintitrés años, es presionada por sus familiares para encontrar un marido que la mantenga.
Con ese fin viaja a Bath, donde su tía Margaret se encarga de instruirla para que consiga una adecuada oferta de matrimonio.
A Charlotte, las estrictas normas por las que se rigen los miembros de la sociedad aristocrática le parecen absurdas y anticuada, temiéndose que nunca conseguirá convertirse en la esposa perfecta que su tía pretende y que todo caballero desea.
En el primer baile al que asiste conoce a Edward Holne, vizconde de Eversley y cualquier norma que su tía le haya podido enseñar, será inútil ante la atracción surgida entre ambos.
Es una novela romántica ambientada en el siglo XIX, donde lo importante era los modales y los bailes. Pues bien, la protagonista no encaja bien con esas dos premisas pero ella lo intenta y sin saberlo siendo como ella es ganara más que como quiere que sea su tía.
La novela en sí tiene gracia cuando existen los malentendidos entre ellos en las conversaciones que mantienen, porque fuera de eso le falta bastantes cosas para que sea una buena novela bajo mi punto de vista.
Me parece una historia floja y que el argumento es muy simple, aunque en la sinopsis no se refleja. Me gustó mucho más la anterior novela de la autora (El escolta) que esta.
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